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发表于 2005-11-27 10:46:08
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Artículo VII
De varias diferencias, ó especies de nombres.
Habiendo tratado hasta aquí de lo mas principal que debe saberse en
quanto á los nombres sustantivos, y adjetivos, tendrán lugar en este
artículo sus diferencias, ó especies.
Nombres primitivos.
Los nombres que no nacen de otros de nuestra lengua se llaman
primitivos, como: tierra, monte, palacio. Aunque estos nombres vienen
de la latina, y otros vengan de otras, se llaman entre nosotros primitivos,
pues de lo contrario quedarian muy pocos en el castellano.
Derivados.
Los que nacen de nombres primitivos se llaman derivados, como: de
tierra, terreno, terrestre, terrenal, terruño. De monte, montesino,
montero, montería, montaraz. De palacio, palaciego; y así los demas.
En los nombres derivados se comprehenden los gentílicos, ó
nacionales, patronímicos, aumentativos, y diminutivos.
Gentílicos, ó nacionales son los que denotan de qué gente, nacion,
patria es cada uno, como: de España, Español: de Castilla, Castellano:
de Leon Leonés: de Aragon, Aragonés: de Andalucía, Andaluz: de
Toledo, Toledano: de Sevilla, Sevillano: de Estremadura, Estremeño:
de Madrid, Madrileño.
Patronímicos son los nombres que en lo antiguo significaban
filiacion, como: Alvarez que valia hijo, ó hija de Alvaro: Sanchez, de
Sancho: Fernandez, de Fernando.
Formábanse del nombre propio del padre mudando la o final en ez.
De Mendo, Ordoño, Nuño, salían Mendez, Ordoñez, Nuñez. Exceptúase
Munio, ó Muño, de que se formó Muñiz, y Muñoz. Los nombres propios
acabados en yo mudaban esta sílaba en ez, y salian: de Pelayo, Pelaez:
de Payo, Paez. Los acabados en otra qualquiera vocal adquirian al fin
una z, y salian: de Dia (que es Diago y Diego) Diaz: de Lope, Lopez: de
Enrique, Enriquez: de Roi, ó Rui (que es Rodrigo) Ruiz. A los nombres
propios acabados en qualquiera consonante se les añadia ez, y salian: de
Lain, Láinez: de Antolin, Antolinez: de Martin, Martinez.
De algunos nombres propios, como de Alfonso, y Manuel no se
acostumbraba sacar patronímicos, y ellos mismos solian servir de tales.
Así se vé que varios hijos de Don Alfonso el IX de Leon usáron por
patronímico el nombre de su padre, como fueron, entre otros, Don
Martin, Doña Urraca, Doña Sancha Alfonso; y Don Juan Manuel hijo
del Infante Don Manuel, y nieto de San Fernando usó tambien del
nombre de su padre en lugar de patronímico. Garcia se halla usado
como nombre propio, y como patronímico, aunque tambien se
encuentra Garces y Garcíes, que parecen derivados suyos.
Hasta el reynado de Don Alonso el XI, ó poco ántes, solo los hijos
usaban de patronímicos derivados de los nombres propios de sus padres,
y no pasaban á los nietos. Despues se fueron haciendo perpetuos, y
hereditarios en las familias; y hoy se llaman apellidos patronímicos,
pero son verdaderos nombres adjetivos, derivados de nombres propios
primitivos de personas.
Nombres aumentativos son los que aumentan la significacion del
primitivo de donde se derivan, como: de hombre, hombron, hombrazo,
hombronazo, hombrachon. De muger, mugerona, mugeraza,
mugeronaza. De grande, grandon, grandote, grandazo, grandonazo.
Algunas veces se usan por elogio, como hombron, que se suele decir
por hombre de gran sabiduría. Otras denotan desproporcion y desprecio,
como: mozon, caballazo. Otras significan solamente gran corpulencia ó
tamaño, como: moceton, mocetonazo, torazo, perrazo.
Los acabados en azo suelen significar dos cosas diferentes, como:
zapatazo, zapato grande, y golpe dado con zapato.
Diminutivos son los nombres que disminuyen la significacion de los
primitivos de que se derivan, como: de hombre, hombrecito,
hombrecico, hombrecillo, hombrezuelo. De muger, mugercita,
mugercica, mugercilla, mugerzuela. De chico, chiquito, chiquillo,
chicuelo, chiquituelo, chicote. De chica, chiquita, chiquilla, chicuela,
chiquituela, chicota.
Los acabados en ito, y en ico se usan por lo comun para mostrar
cariño, y aun alguna vez los en illo; pero los en elo siempre denotan
desprecio, como: mozuelo, mozuela, muchachuelo, muchachuela.
Así los aumentativos como los diminutivos se forman igualmente de
sustantivos que de adjetivos, y para ello tiene nuestra lengua tanta
libertad, y facilidad, que seria en vano querer dar exemplo de todas las
formas, y ha parecido bastante apuntar las mas usadas.
Colectivos.
Llámanse nombres colectivos los que significan muchedumbre,
porque baxo de un solo nombre se recogen, ó comprehenden muchas
personas, ó cosas, como: exército, que significa muchos soldados:
rebaño, muchas ovejas: arboleda, muchos árboles. A esta semejanza
son nombres colectivos tropa, multitud, infinidad, poblacion, junta,
senado, plebe, gente, gentío, plantel, plantío, viña, olivar, y otros
muchos.
Verbales.
Nombres verbales son los que nacen de verbos, como: de andar,
andador, andadura, andadero, andariego: de correr, corredor,
correduría, corrimiento: de hacer, hacedor, hacedero, hacimiento,
hechura; y otros semejantes. Algunos de los acabados en or son
dudosos, porque no se sabe si el nombre viene del verbo, ó el verbo del
nombre, como: amor, olor, dolor, sabor, que pueden venir de amar,
oler, doler, saber, ó al contrario: aunque bien pueden reputarse por
iguales en el orígen.
Compuestos.
Llámanse nombres compuestos los que se componen de palabras
castellanas enteras, ó con alguna mutacion, como de dos sustantivos
catricofre: de dos adjetivos, verdinegro: de sustantivo, y adjetivo,
boquifruncido, boquituerto, cabizbaxo, cañilavado, cuellicorto,
cuellilargo, perniquebrado, rostrituerto: de verbo, y nombre,
portacartas, portapaz: de verbo y adverbio pujavante: de preposicion y
nombre traspie: de dos verbos y conjuncion, vayven.
Estos, y otros semejantes son verdaderos nombres compuestos en
nuestra lengua, porque constan de palabras castellanas, aunque algo
desfiguradas en la composicion. Otros que llaman compuestos, como:
adhesion, exâltacion, reduccion, conduccion, persuasion, influencia, no
lo son respecto de nosotros, sino respecto de los latinos de quienes los
tomamos.
Positivos, comparativos, y superlativos.
Los nombres adjetivos que solo denotan alguna calidad sin hacer
comparacion con otros, se llaman positivos, como: bueno, malo,
grande, chico. Los que hacen comparacion con estos se llaman
comparativos, como: mejor, peor, mayor, menor, superior, inferior. Y
los que sin hacer comparacion denotan calidad en grado superior, se
llaman superlativos, como: bonísimo, malísimo, altísimo, baxísimo.
Numerales.
Los nombres de número que sirven para contar, se llaman
numerales, y se dividen en absolutos, ó cardinales: en ordinales: en
colectivos; y en partitivos. Los cardinales, y ordinales son adjetivos:
los colectivos, y partitivos son sustantivos.
Absolutos, ó cardinales son los que sirven absoluta, y sencillamente
para denotar el número, como: uno, una, dos, tres, quatro, cinco, seis
siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce, quince, diez y seis,
diez y siete, diez y ocho, diez y nueve, veinte, treinta, quarenta,
cinqüenta, sesenta, setenta, ochenta, noventa, ciento, mil. Llámanse
cardinales del nombre latino cardo inis que significa quicio, porque son
como entrada, y principio de los demas nombres numerales.
Ordinales son los nombres de números que denotan el órden, ó
colocacion de unas cosas respecto de otras, como: primero, primera,
segundo, tercero, quarto, quinto, sexto, sétimo, octavo, nono, décimo,
undécimo, duodécimo, décimo tercio &c. Algunos de estos nombres
ordinales acaban tambien en eno, como: noveno, deceno, onceno,
doceno, catorceno.
Colectivos son los que significan una cantidad determinada de cosas,
como: docena, centenar, millar, millon. En la Poesía son de esta clase
los nombres quarteta, quintilla, décima, y los tercetos, y quartetos de
los sonetos.
Partitivos son los nombres que significan partes de un entero, como:
mitad, tercio, quinto, diezmo, tercia, quarta, como: la mitad, el tercio, ó
el quinto de los bienes: el diezmo de la cosecha: una tercia, ó una quarta
de paño. |
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